La Grabadora
Aún recuerdo la última vez que los focos me cegaron. Fue un jueves. Los jueves eran mi día favorito de la semana, porque eran lo días de micro abierto en el bar John’s del pueblo. La primera vez que entré fue por un after office de los compañeros del despacho de abogados donde trabajaba y al principio no entendía muy bien lo que ocurría. Trataba de culminar otra semana aburrida en la que iba de la casa a la oficina, sin ningún sentido o motivación, y me dejé arrastrar para no quedar como el rancio del grupo. La oscuridad primero me dejó desconcertado, pero cuando mis ojos se acostumbraron a la falta de luz pude apreciar la barra clásica de madera, el hombre corpulento detrás con una camiseta demasiado ajustada de The Doors, y las paredes repletas de fotos firmadas de hombres y mujeres detrás de un micrófono. El olor era a cerveza fermentada y un poco de sudor. El humo de los cigarrillos se entrelazaba con las luces que enfocaban el centro del escenario. Y allí estaba un hombre bajito c