Annette
–¿En serio va a venir Vicky? –preguntó a bocajarro Alicia con la clara intención de atacar a la aludida. –Sí Ali. Déjate de tonterías que ya sabí a s que invitamos a Vicky al reto de hoy. Ya está mayorcita para poder participar –contestó Jason. Era el más mayor del grupo. A sus 18 años le llevaba a todos entre 2 y 3 años que le otorgaban el derecho de decidir quién entraba y salía de la pandilla . No era la primera vez que Vicky participaba en estos retos, pero hoy era distinto . Los chicos del barrio solían hacer pequeñas travesuras en las que jugaban con la capacidad de aguante de los demás, ya sea de dolor, respiración o simple miedo. La semana pasada ya habían arremetido contra el tejado de la señora Osorio a pedradas, con la esperanza de acabar con los nervios de la insoportable anciana y de su perro que no pa r aba de ladrarles cada vez que pasaban frente a su puerta. Hoy la habían citado al anochecer en la carretera que salía de la urbanización, en e